La cantante estadounidense Alecia Beth Moore, conocida por todos como Pink, celebró el pasado martes 5 de febrero uno de los mayores reconocimientos que un artista puede recibir: su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, en Los Ángeles. Ante la emoción, la cantante expresó durante la ceremonia que sentía que estaba soñando y que “si alguien me pellizca, le voy a dar un puño en la ceja”.
Acompañada por su esposo Carey Hart y sus hijos Willow y Jameson Moon, la artista les agradeció por creer en ella y apoyarla en todo momento. “Él (Carey Hart) es mi musa y si no me molestara todo el tiempo no tendría mucho que decir. No estaría de pie aquí si no fuera por ti. Nunca cambies”, comentó Pink y mirando a sus hijos entre la multitud, exclamó: “Ustedes son mis estrellas y nunca brillaría sin ustedes”.
De igual forma, la ganadora del Grammy agradeció a su padre por impulsarla a seguir sus sueños. “Hoy para mí es una celebración de algo que mi papá me enseñó […] Hay un poder para creer en ti, puede que no seas el mejor o que nunca lo haya hecho, puede que no seas el más bonito, el más divertido o talentoso… pero si eres terco, no te rindes y trabajas muy duro, nadie más podrá ser tú. Hoy es un honor absoluto”, manifestó Pink muy emotiva.
“Esto es surrealista. Ha sido un viaje recordar el curso de esta carrera que de alguna manera he logrado tener. Firmé mi primer contrato de grabación hace 23 años”, dijo la cantante de 39 años de edad, cuyo primer álbum como solista titulado ‘Can’t take me home’, publicado en el año 2000, consiguió ser doble disco de platino en Estados Unidos. A partir de ese momento Pink lanzó otros 7 discos de estudio y hasta el día de hoy ha vendido más de 50 millones de copias.
Nominada en 20 ocasiones a los premios Grammy y ganadora de tres gramófonos durante su brillante carrera, Pink buscará el próximo domingo su cuarto galardón por ‘Beautiful trauma’, lanzado en 2017 y nominado a mejor álbum vocal pop.
Discurso de Pink
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